El verano trae consigo cambios en la rutina y en la dieta, lo que puede afectar especialmente a las personas que están en tratamiento oncológico.

Seguir una alimentación completa y mantener una correcta hidratación es crucial para minimizar la sintomatología asociada al tratamiento, apoyar el sistema inmunológico y mejorar la calidad de vida durante este período.

A continuación, se exponen consejos nutricionales para afrontar el verano de la mejor manera posible.

Adriana Alcaraz Soler. Nutricionista oncológica

El calor del verano incrementa el riesgo de deshidratación, que puede ser particularmente perjudicial para los pacientes con cáncer, pudiendo acentuar los efectos secundarios de los tratamientos, como la fatiga, las náuseas o los mareos.

Por ello, es esencial:

• Beba suficiente líquido: Se recomienda consumir al mínimo 8 vasos de agua o agua saborizada con fruta o infusiones al día, aunque la cantidad puede aumentar según el nivel de actividad y las condiciones climáticas.
• Incorpore alimentos altos en agua: Los vegetales como por ejemplo la sandía, pepino, melón o las fresas, entre otros, son opciones refrescantes, nutritivas y con alto contenido en agua. Los vegetales nos pueden ayudan a mantener una correcta la hidratación e ingesta de vitaminas y minerales..
• Evite bebidas deshidratantes: El alcohol y las bebidas con cafeína pueden aumentar la deshidratación. Se recomienda optar por infusiones o agua infusionada con frutas (limón, fresa, naranja etc.) o infusiones frías como alternativas saludables.