Una de las características más evidentes del envejecimiento es la disminución de la capacidad de reserva de los órganos y sistemas del cuerpo que lo hace más vulnerable a las agresiones (enfermedades, cirugías, tratamientos).
Es evidente que el envejecimiento varía entre personas, existe una gran heterogeneidad y así nos encontramos individuos con 90 años con escasa patología, funcional y mentalmente intactos, frente a otros con 70 años con una gran comorbilidad y pluripatología y con dependencia física y mental.
La relación entre el envejecimiento y el cáncer es muy clara, dado que a medida que aumenta la edad del individuo aumenta el riesgo de desarrollar cáncer.
La edad es el mayor factor de riesgo para el cáncer.

Por este motivo necesitamos una herramienta que nos permita valorar al anciano en su conjunto para poder adaptar el tratamiento oncológico de una manera individualizada.
La valoración geriátrica integral (VGI) es la “herramienta” utilizada tradicionalmente por la geriatría para valorar a los pacientes de edad avanzada y se define como un proceso diagnóstico multidimensional e interdisciplinar destinado a identificar y evaluar las capacidades y los problemas médicos, mentales, funcionales y sociales de las personas mayores, con la intención de elaborar un plan exhaustivo para el tratamiento integral y seguimiento a largo plazo.

La ONCOGERIATRÍA es un área o disciplina del ámbito sanitario, dedicada a abordar la patología oncológica en el paciente de edad avanzada.
La Sociedad Internacional de Oncogeriatría (SIOG) proporciona recomendaciones del mejor estándar de atención al paciente de edad avanzada con cáncer.
La tendencia de la medicina actual es una “medicina personalizada y de precisión” también para los pacientes de edad avanzada.
El objetivo de la ONCOGERIATRÍA es el de optimizar la atención global y multidisciplinar que el paciente de edad avanzada con cáncer requiere, realizando una atención personalizada y especializada.