Las gammapatías monoclonales son enfermedades caracterizadas por la proliferación anómala de unas células del sistema inmunitario llamadas células plasmáticas y la producción de una proteína monoclonal.
La GMSI es el tipo de gammapatía más frecuente.
Consiste en la detección de una proteína monoclonal en la sangre, sin otras alteraciones, cómo consecuencia de una pequeña proliferación de células plasmáticas de la médula ósea.
Suele ser una hallazgo analítico casual y afecta principalmente a personas de edad avanzada. Se la considera una condición pre-maligna con un bajo riesgo de transformación maligna, en general a mieloma múltiple, por lo que se requiere de un estudio del riesgo y un seguimiento periódico. Si no existe progresión de la GMSI ésta no requiere ningún tratamiento.
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El mieloma múltiple es el cáncer por crecimiento anómalo de las células plasmáticas. Afecta típicamente a personas de edad avanzada.
Consiste en la acumulación de células plasmáticas en la médula ósea (superior al 10% del total) o en forma de tumores (plasmocitomas). Se caracteriza por una mayor producción de inmunoglobulinas o proteína monoclonal que se detecta en la sangre y/o en la orina.
Síntomas y Diagnóstico
En los momentos iniciales el mieloma múltiple puede no producir ningún síntoma. A éste proceso se le llama mieloma quiescente o asintomático.
Durante su evolución la enfermedad puede producir los siguientes síntomas:
El diagnóstico del mieloma múltiple se basa en la detección de la proteína monoclonal en un análisis de sangre y/o orina y en la demostración del acúmulo de células plasmáticas patológicas en la médula ósea mediante un aspirado de médula ósea.
Otras pruebas que pueden ser necesarias en el estudio diagnóstico del mieloma múltiple incluyen la biopsia de una tumoración de células plasmáticas y estudios radiológicos como la resonancia magnética (RM) o la tomografía por emisión de positrones (PET) para detectar las lesiones características de la enfermedad.
Una vez realizado el diagnóstico y con la información proporcionada por pruebas diagnósticas realizadas se puede determinar el estadío de la enfermedad y categoría de riesgo, que proporciona información acerca del pronóstico de la enfermedad y es útil para valorar el tratamiento más adecuado para cada paciente.
Tratamiento
El desarrollo de nuevos fármacos en los últimos años ha permitido una importante mejoría en la capacidad de controlar la enfermedad y en la supervivencia de los pacientes afectos de mieloma múltiple.
Sin embargo, no todos los pacientes requieren de un tratamiento inmediato. Los pacientes con mieloma múltiple asintomático, con un crecimiento lento de la enfermedad, son controlados regularmente para detectar signos de progresión de la enfermedad, momento en el que puede ser necesario iniciar el tratamiento.
Las modalidades de tratamiento incluyen:
Debido a los grandes avances terapéuticos en los últimos años que han desplazado a la quimioterapia convencional, en las recaídas se puede seguir ofreciendo tratamientos con altas tasas de respuesta y ensayos clínicos con acceso a nuevas terapias internacionales.
Seguimiento tras el tratamiento
Una vez terminado el tratamiento, el seguimiento consiste en análisis de sangre y orina para control del componente monoclonal y pruebas de imagen si se considera clínicamente necesario para evaluación de respuesta o progresión.
Lamentablemente es una enfermedad que aunque presenta tratamientos óptimos debe controlarse de por vida para detectar precozmente una progresión y evitar complicaciones.