La Unidad de melanoma del IOB Institute of Oncology atiende a pacientes diagnosticados de melanoma o de cualquier otro tipo de cáncer de piel.
Aunque la mayoría de pacientes que acuden a la Unidad de melanoma han sido diagnosticados previamente en otro centro médico, el IOB también realiza, junto con el servicio de dermatología del hospital Quirón, el diagnóstico inicial de personas que tienen sospechas de tener un melanoma.
Asimismo, ofrece un servicio de segunda opinión a pacientes que son tratados en otros centros.
Los pacientes tratados en la Unidad de melanoma son atendidos por un equipo multidisciplinar formado por oncólogos, dermatólogos, anatomopatólogos, radioterapeutas, cirujanos generales y plásticos, especialistas en radiología y medicina nuclear y personal de enfermería.
Este equipo mutidisciplinar facilita que los pacientes puedan realizar todas las pruebas y recibir todos los tratamientos que necesiten de manera coordinada en un mismo lugar y en el mínimo tiempo posible, sin necesidad de desplazarse y de gestionar por separado las visitas a distintos especialistas.
Cualquier mancha o lesión que aparezca en la piel merece una consulta a un dermatólogo, prestando especial atención si cumple la llamada regla ABCD: que sea asimétrica (A), de bordes irregulares (B), de color oscuro (C) y de diámetro superior a cinco milímetros (D).
Aunque muchas no se tratarán de un melanoma, cualquiera de estos signos debe considerarse de alerta y puede permitir un diagnóstico precoz que facilitará el éxito del tratamiento.
También es recomendable una consulta urgente a un dermatólogo en los casos en que una mancha en la piel pique, sangre o crezca con rapidez.
El melanoma y otros tumores cutáneos pueden afectar a cualquier persona independientemente de su tipo de piel. Pero es conveniente que extremen las precauciones las personas de piel clara y sensible al sol, así como las que tienen abundantes pecas o manchas en la piel, ya que son las que tienen mayor riesgo de sufrir lesiones cutáneas cancerosas.
El diagnóstico se inicia con un examen visual realizado por un dermatólogo de cualquier lesión sospechosa en la piel.
Si el examen visual confirma que puede tratarse de un cáncer de piel, el dermatólogo aconsejará realizar una biopsia ( es decir, extraer una muestra de células para analizarlas ).
Un especialista en anatomía patológica analizará las células extraídas en el laboratorio para averiguar si la lesión de la piel es cancerosa o no. Si no lo es, el dermatólogo aconsejará al paciente qué medidas tomar a partir de ese momento.
En los casos en los que el diagnóstico sea un melanoma, el paciente será tratado por un cirujano y valorado por un oncólogo especialista en el manejo de esta enfermedad.
En algunos casos, el oncólogo puede considerar oportuno pedir pruebas adicionales de diagnóstico por imagen para comprobar si el cáncer se ha extendido a otros órganos, así como un análisis de sangre completo para precisar hasta qué punto ha progresado la enfermedad.
El circuito de diagnóstico rápido implantado en el IOB permite tener el diagnóstico definitivo en un plazo de entre 48 y 72 horas desde el momento en que el paciente acude a la consulta por una sospecha de melanoma.
La mayoría de cánceres de piel se extirpan mediante cirugía y se curan en un porcentaje muy elevado de casos sin necesidad de tratamientos de quimioterapia ni de radioterapia.
En el caso del melanoma, el tratamiento suele iniciarse con una intervención quirúrgica para extirpar la lesión tumoral. Según el grosor que tenga la lesión, se analizan los ganglios linfáticos más próximos para comprobar si contienen células tumorales mediante las técnicas de ganglio centinela.
Dependiendo del resultado del análisis de los ganglios, así como de las pruebas de imagen y los análisis de sangre que informan sobre la extensión de la enfermedad, el oncólogo decidirá el tratamiento más indicado para cada paciente.
Este tratamiento puede incluir radioterapia o un tratamiento farmacológico que en ocasiones puede prolongarse durante un año, en aquellos casos en los que la enfermedad se encuentra localizada en la piel y los ganglios regionales.
El IOB es pionero en la introducción de análisis genéticos para identificar a aquellos pacientes que podrán beneficiarse de un nuevo fármaco que ataca de manera específica los tumores con una alteración en el gen B-RAFV600.
Esta mutación es a día de hoy esencial para seleccionar el tipo de tratamiento del paciente, de forma que a día de hoy los pacientes sin la presencia de esta mutación se benefician principalmente de tratamientos de inmunoterapia.
En los casos en que esta mutación resulte positiva los pacientes se benefician de tratamientos tanto de inmunoterapia como de terapia dirigida antiBRAF + antiMEK.
En los casos en que el paciente se presente con enfermedad avanzada se tendrían dos escenarios a discernir:
Una vez terminado el tratamiento, las pruebas de seguimiento varían de un paciente a otro dependiendo de la extensión del melanoma en el momento del diagnóstico.
Como norma general, se sigue la evolución del paciente con una visita cada tres meses durante los tres primeros años. Pasado este periodo, las visitas de seguimiento se reducen a dos al año.
Rellene el formulario con sus datos para pedir cita, y nuestro equipo se pondrá en contacto con usted para pactar fecha y hora.
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