Los síndromes mielodisplásicos son un grupo de enfermedades neoplásicas de la médula ósea que resultan en la producción defectuosa de las células de la sangre y se asocia a un mayor riesgo de desarrollar leucemia aguda.
La principal manifestación de esta enfermedad es la disminución en la producción de células sanguíneas sanas (glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas) especialmente anemia. Afecta de manera preferente a personas de edad avanzada.
En las etapas iniciales de la enfermedad los SMD pueden no dar síntomas. Con la evolución de la enfermedad se pueden desarrollar los siguientes síntomas y complicaciones:
El diagnóstico de los SMD se realiza a través del análisis de la sangre y de la médula ósea. Esto último se realiza con la práctica de un aspirado de médula ósea.
Con la información proporcionada por las pruebas diagnósticas realizadas se pueden determinar varias categorías de riesgo, que proporcionan información acerca del pronóstico de la enfermedad y es útil para valorar el tratamiento más adecuado para cada paciente.
Los pacientes asintomáticos pueden no necesitar tratamiento y van a ser controlados con análisis de sangre de forma periódica para la detección de signos de empeoramiento de la enfermedad y desarrollo de síntomas.
Las modalidades de tratamiento incluyen: