15 Sep ¿Cómo debe ser la alimentación durante los tratamientos?
La alimentación durante los tratamientos debe adaptarse a las necesidades individuales de cada persona.
Muchos pacientes, tras empezar los tratamientos oncológicos, reportan algunos efectos secundarios que pueden afectar a la nutrición como: anorexia, saciedad precoz, estreñimiento, diarrea, disfagia, candidiasis oral, malabsorción, esofagitis, xerostomía, mucositis, cambio en el sabor y olor de los alimentos, fatiga.
El manejo dietético de estos síntomas puede ayudar de manera positiva al confort, al mantenimiento del peso y a la tolerancia y respuesta del tratamiento.
No existe una dieta única, y por ello es importante personalizar la alimentación de cada persona, pero existen diferentes estrategias dietéticas generales que pueden ayudar a los pacientes a mantener un buen estado nutricional y mejorar su calidad de vida a lo largo del tratamiento oncológico.
Los síntomas asociados a los tratamientos pueden afectar negativamente a la calidad de vida de los pacientes. Un manejo inadecuado de estos síntomas puede resultar en una disminución del estado nutricional del paciente, comprometiendo su salud y la tolerancia y respuesta al tratamiento.
Principales efectos secundarios de la quimioterapia que pueden afectar a la nutrición del paciente.
Los efectos secundarios a corto y largo plazo de los tratamientos de quimioterapia pueden diferir según el agente y la pauta de tratamiento prescrito.
El que una persona experimente un efecto secundario específico y cuánto tiempo pueden durar los efectos secundarios dependerá de varios factores como: el historial de salud personal, la cantidad del agente administrado, la forma en que se administra, cuánto tiempo se administra y otros agentes y medicamentos que puede haber sido dado.
Los principales efectos secundarios de los tratamientos de quimioterapia que pueden afectar la nutrición son: náuseas, vómitos, mucositis (inflamación de mucosas), diarrea, estreñimiento, malas digestiones, alteración del sabor (disgeusia), retención de líquidos.
La dieta deberá ser dinámica y ajustarse a cada momento para poder minimizar los posibles efectos secundarios, con el objetivo de mejorar la nutrición y evitar la pérdida de peso involuntaria en aquellos pacientes que puedan tener mayor riesgo de desnutrición y caquexia (expresión máxima de desnutrición) (principalmente tienen mayor riesgo de desnutrición aquellos pacientes que debido a la localización y las características hipermetabólicas del tumor puede afectar a la nutrición: pacientes con tumores de cabeza y cuello, tumores de esófago, digestivo y pulmón).
Principales efectos secundarios de la radioterapia que pueden afectar a la nutrición del paciente.
En el caso de la radioterapia, las consecuencias nutricionales van a depender de la zona a irradiar.
Por ejemplo los pacientes con tumor de cabeza y cuello, laringe, nasofaringe, lengua.. que realizan radioterapia en esa zona la dieta deberá adaptarse para mejorar posibles efectos secundarios como: disfagia, xerostomía (boca seca), mucositis (inflamación de mucosas), anorexia.
En los pacientes con cáncer de pulmón y esófago con radioterapia deberemos prestar atención a la posible disfagia a sólidos y/o a líquidos (dificultad para la deglución de líquidos y/o sólidos), a la esofagitis rádica, a la mucositis, astenia y anorexia.
En los pacientes con cáncer de aparato digestivo (estómago, páncreas, vesícula biliar, hígado) pueden presentar el síndrome dumping, estreñimiento, diarrea, náuseas, vómitos, anorexia.
En los pacientes que reciben radioterapia en la zona inferior del aparato digestivo y pelvis (cáncer de recto, próstata, endometrio…) pueden presentar enteritis rádica (inflamación de los intestinos), malabsorción de nutrientes, meteorismo, estreñimiento, astenia, anorexia.
La dieta, pues, deberá adaptarse teniendo en cuenta el tratamiento que va a recibir el paciente, a sus necesidades individuales y adaptarse a los cambios que pueda tener derivados de los posibles efectos secundarios de los citostáticos y la radioterapia.
Recomendaciones dietéticas para manejar los posibles efectos secundarios de los tratamientos.
En caso de estreñimiento: se recomienda incrementar el consumo de líquidos: agua, caldos, infusiones; añadir a la dieta alimentos con fibra soluble como por ejemplo los copos de avena, manzanas y alimentos con fibra insoluble como por ejemplo los cereales integrales como el arroz integral. Se recomendará una ingesta de 25g de fibra según tolerancia y siempre que sea posible se recomendará aumentar la actividad física para favorecer el peristaltismo y regularidad intestinal.
Para reducir / evitar náuseas: se recomienda comer pequeñas cantidades de comida y más frecuente (5-6 comidas al día), limitar aquellos alimentos que huelan mucho y evitar la cocina para evitar los olores, tomar infusiones de jengibre (en caso de no gustar el jengibre, mejor evitar), evitar alimentos ricos en grasas y si las náuseas son en la mañana empezar el desayuno con una tostada, por ejemplo, puede ayudar a minimizar la sensación de náuseas.
En caso de diarrea: se recomienda reducir el consumo de grasas y de fibra, evitar bebidas con gas, evitar alimentos con lactosa o reducir el consumo de lactosa, reducir el consumo de cafeína y cocinar los alimentos al vapor o hervido.
En caso de mucositis: va a depender del grado de mucositis, pero en general se recomienda evitar alimentos secos, evitar alimentos que desencadenen dolor como ácidos, picantes y comidas calientes, procurar una dieta blanda e incorporar alimentos líquidos fríos y nutritivos. Será fundamental una buena higiene bucal.
En caso de disfagia: La gravedad de la disfagia puede variar desde una dificultad moderada hasta la imposibilidad total para la deglución, pudiendo causar desnutrición y/o deshidratación. Incluso, en los casos más leves, la disfagia puede ocasionar un grave impacto en la calidad de vida del paciente.
Los tres objetivos prioritarios de la dieta del paciente con disfagia son: prevenir la desnutrición, prevenir la deshidratación y prevenir la aspiración. La dieta debe ser individualizada en base a: tipo de disfagia, capacidad deglutoria y capacidad de masticación.
Además de estos consejos generales, para una mejor atención, recomendamos un asesoramiento nutricional individualizado antes de empezar los tratamientos.
Dietista-Nutricionista de la Unidad de Nutrición de IOB (Instituto of Oncology de Barcelona) QuironSalud
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